22 marzo 2007

Personajes metristas

Ayer o antier (ambos dos) en la mañana mientras me venía al trabajo, el metro como era de ccostumbre se puso hasta vomitar gente por las puertas; estaban que no cabía ni un alma por las puertas, pero irónicamente personas empujaban y empujaban intentando hacerce un minúsculo espacio entre los cuerpos de ya malhumorados por el retraso del colectivo naranja.
Me puse a pensar en el tipo de personas que hay en el metro mientras era apachurrado entre una señora, el tubo (sin albur) y una mochila; llegué a lo siguiente (pinche trabajo de investigación exhaustivo de 5 minutos):
  • La señora intocable: la típica señora que va en medio de las puertas agarrada del tubo y que no se mueve ni un milimetro cuando la gente pasa, pero que si alguien la llega a tocar por equis o yé motivo (ya sea que pases y sin querer le pegues, o que como es costumbre comiencen a empujar) te voltea a ver con cara "hijo de la chingada, que no vez que yo estoy aquí" y se indigna.
  • El que a huevo quiere entrar: El wey que no importando que las puertas estén pandeadas (pandeado: doblado en forma curva debido al peso de un objeto o la presión) a huevo empuja intentando entrar, sin obtener resultados, y como consecuencia sólo se "sale" del metro mueve la cabeza y espera el siguiente.
  • El vededor: Dícese de cualquier persona que aborde al metro con la cantaleta de "Si mire señores pasajeros, productos de alta calidad", o algo por el estilo; y que hacen de su economía vendiendo discos, MP3, DVD (musicales, películas y hasta para colmo, traen las pantallitas de DVD portatil para que las cheques), dulces-chicles-chocolates, encendedores, agujas, calcomanias, paletas (de hielo), gelatinas, etc.
  • El tipo con prisa: Si, es lógico que siempre haya alguien con demasiada prisa en el metro, pero siempre está el que mira cada tres minutos su reloj moviendo negativamente la cabeza, con cara de preocupación murmura un "chinga..." o alguna otra cosa y vuelve a mirar el reloj. En particular a mí ese tipo de personas me estresa.
  • Los dormidos: de estos hay un chingo y dos montones. Van desde la chica linda, hasta el ruquito con sobrero, pasando por las señoras con bolsas de mandado, los ejecutivos, los estudiantes, etc.
  • Las maquillistas: toda (o casi toda) mujer que viaja en el metro tiende a maquillarse, es como un acto reflejo una vez que se suben al transporte (lo mismo pasa con los micros, camiones). Ya sea que vayan paradas, sentadas, arriba del novio, tiradas en el suelo, las mujeres suelen sacar su espejo, su cuchara y la bolsita de maquillaje para darse una retocadita.
No se me ocurren más por el momento, pero esos son algunos que me han tocado ver a lo largo de mis traslados por el metro en estos años.

1 comentario:

Minako Readman dijo...

jajajajaja buen analisis. ya ni la chingan, hasta vendedores se suben XD! cuando yo anduve por allá, llegué a comprar un "serpientes y escaleras" en el metro jajajaja venden de todo.