15 noviembre 2006

Compadre Lobo: Lobo con Piel de Oveja

Compadre Lobo, de Gustavo Sainz, es una novela de las que sin duda volvería a leer (de hecho es la segunda vez que la leo) por su narrativa y por su contenido. Éste libro lo descubrí un día mientras vagaba por el metro Insurgentes un día en que no me acuerdo a donde iba pero iba solo; el caso es que en una de esas carpas que luego se ponen vendiendo libros, artículos de piel, zapatos o cualquier madre que se les ocurra vi un tiradero de libros nuevos. Levanté dos otres y leí el clásico estribillo de la contraportada. Me agradó por el simple hecho de decir "amor" y "Ciudad de México" (ya saben mis gustos).
Comencé a leerlo topandome con un intrínseco y oscuro narrar que, a decir verdad me cansó, pero que escasas dos páginas cambió radicalmente pare regalarme una estampa del México de los 40-50's con sus cabarets, su vida nocturna, sus putas, sus vinos, y a un grupo de jovenes que viven y desarollan sus vidas en este ambiente, encabezado por Lobo y su compadre, quien nos narra sus aventuras y desventuras.
Conocemos a Lobo a través de los ojos de su Compadre, desde niños junto con Amparo Carmen Teresa Yolanda, el amor de ambos mucho tiempo después y esposa del compadre un poco de tiempo antes que el mucho después. La vida en una colonía no específica del centro, su grupo de fieles amigos borrachos hasta más no poder, las ficheras en el Java y el México Lindo, el cine Monumental, las casacaritas de fútbol auspiciadas por el catecismo, las excursiones, etc. Todo lo que representa su vida y sus desarrollos siempre teniendo a Lobo como centro de todo, pero aprendiendo de los demás y viendo como crece el compadre al tiempo que lobo, como una amistad de años florece a pesar de los cambios de camino con sus intersecciones...
El amor, el sexo y la lujuria; demonios que ponen a prueba a los guerreros que buscan alcanzar la felicidad...
Situado entre la época "pre-onda" y terminando casi con ella, Sainz nos demuestra que la vida cambia, las acciones cambian, pero que a final de cuentas la escencia prevalece.
"Lo malo de la vida es que de cien mujeres tienes que escoger una y quedarte con la nostalgia de las otras noventa y nueve"

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