Este libro me trajo claras reminicencias de 1984 y de Gravedad Artificial, principalmente en éste último ya que ambos se situan en un futuro parecido donde lo importante es la diversión y el consumo, dejando de lado los demás sentimientos del hombre (tristeza, miedo) y por ello para ser feliz es necesario estar al pendiente de la radio y la televisión.
El argumento va de un bombero llamado Guy Montag cuya misión es quemar libros, pero que conoce a una chica de 17 años llamada Clarisse McClellan a la que contrariamente a las demás personas, incluyendo a su esposa, disfruta de la vida y de los detalles, de la compañía de las personas y de las pláticas. Con este encuentro, Montag comienza a ver las cosas de distinta forma, con lo que se cuestuina si en verdad están en lo correcto al quemar los libros y porque los dueños de las librerias que han destruido se comportan de una forma tan rara, como si fueran tan importantes los libros. Todo esto comienza a hacer estragos cuando un día ya no ve a Clarisse y posteriormente se descubre tomando un libro de una casa, pero la sorpresa es mayor cuando se da cuenta que no ha sido la única vez....
Un libro que nos deja una excelente idea del consumismo y el poder de los medios de comunicaión para el control de la gente y la supuesta felicidad.
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