Dios mio, cómo ha llovido. Desde hace un año, se han soltado una gran catidad de lluvias (las del año pasado fueron menos que las de éste), y parece que no piensan (la lluvias piensan?) terminarse.
Oficialmente el verano terminó, las épocas de lluvia deberían haber terminado; pero en cambio continúan mucho peor que en pleno junio/agosto. La verdad de las cosas es que me encantan estos días nublados y melancólicos que terminan por hacerte reflexionar muchas cosas, escuchar discos deprimente o cosas por el estilo. También me agrada mojarme, sentir el agua correr por tu piel, mojando tu pelo lleno de gel que se escurre hacia tus ojos y te los irrita, o pisar un charco y llegar con los calcetines empapados y por ende con los pies frios (los últimos dos fueron sarcasmo, en realidad si me gusta mojarme).
Ayer, por causa de las lluvias, se desbordó el Río de los Remedios, acá por la Aragón a escasas tres cuadras de mi casa (del lado contrario de donde se inundó). Un caos total ocasionó dicho desbordamiento: la avénida central cerrada en los carriles de ida en dirección a Oceanía, el metro más atascado de lo que en mis 6 años de continuos viajes por él había visto y sobre todo la intranquilidad de la gente por no llegar a sus destinos de trabajo/estudio que ocasionó la pérdida de cuantiosos minutos.
Seguirá lloviendo, no sabemos por cuanto más... tal vez mientras pasa Stan y azota las costas de Chiapas y la península de Yucatán; tal vez siga lloviendo mientras más contaminemos el mundo... o tal vez....
Oficialmente el verano terminó, las épocas de lluvia deberían haber terminado; pero en cambio continúan mucho peor que en pleno junio/agosto. La verdad de las cosas es que me encantan estos días nublados y melancólicos que terminan por hacerte reflexionar muchas cosas, escuchar discos deprimente o cosas por el estilo. También me agrada mojarme, sentir el agua correr por tu piel, mojando tu pelo lleno de gel que se escurre hacia tus ojos y te los irrita, o pisar un charco y llegar con los calcetines empapados y por ende con los pies frios (los últimos dos fueron sarcasmo, en realidad si me gusta mojarme).
Ayer, por causa de las lluvias, se desbordó el Río de los Remedios, acá por la Aragón a escasas tres cuadras de mi casa (del lado contrario de donde se inundó). Un caos total ocasionó dicho desbordamiento: la avénida central cerrada en los carriles de ida en dirección a Oceanía, el metro más atascado de lo que en mis 6 años de continuos viajes por él había visto y sobre todo la intranquilidad de la gente por no llegar a sus destinos de trabajo/estudio que ocasionó la pérdida de cuantiosos minutos.
Seguirá lloviendo, no sabemos por cuanto más... tal vez mientras pasa Stan y azota las costas de Chiapas y la península de Yucatán; tal vez siga lloviendo mientras más contaminemos el mundo... o tal vez....
No hay comentarios.:
Publicar un comentario