En una extraña y rara traducción del título de este libro (originalmente The Halloween Tree que bien podría ser traducido como El árbol de la noche de Brujas) por parte de la Editorial Minotauro, la historia de Ray Bradbury nos deja un interesante relato para niños en el que un grupo de amigos salen el día de Halloween a realizar el típico trick-or-treating (traducido como dulce o truco, y que en el libro se localiza en español de españa como prenda o premio) pero antes de comenzar se dan cuenta que falta Pipkin, el niño más amable y bueno, el alma de la fiesta, así que deciden irle a buscar a su casa. Él sale sin disfraz, sobándose la barrriga, y les dice que por nada del mundo faltará a con ellos por lo que les dice que vayan a la casa embrujada de la barranca y que él llegará allá. Así los 8 amigos parten a la casa de la barranca dispuestos a encontrarse con su amigo. Al llegar y después de entrar descubren un enorme árbol con calabazas talladas que una a una se ban encendiendo y conocen a un extraño personaje llamado Carapacho Clavícula Mortajosario (en inglés Moundshroud) y al ver que su amigo Pipkin llega pero cae en la carrera, su anfitrión les dice que es necesario ir por él a la Comarca Ignota. Es así como comienza una aventura en el tiempo y el espacio para rescatar a su amigo Pipkin y de paso comprender el verdadero significado de la Noche de Brujas.
Haciendo viajes a Egipto faraónico, a Inglaterroa druídica, a París en el medievo oscurantista y por último a México (Pátzcuaro y a Guanajuato) para buscar a su amigo, y conocer las distintas tradiciones de la celebración de los muertos y como poco a poco las tradiciones van siendo "adoptadas" por las relgiones. Haciendo alegorías fáciles de comprender para un niño sobre el papel de la religión, de las distintas tradiciones.
Hay dos párafos que me gustaron mucho y que se me hacen fundamentales para la actual cultura mexicana que poco a poco nos vamos olvidando de nuestra cultura mientras otros pueblos la admiran:
Haciendo viajes a Egipto faraónico, a Inglaterroa druídica, a París en el medievo oscurantista y por último a México (Pátzcuaro y a Guanajuato) para buscar a su amigo, y conocer las distintas tradiciones de la celebración de los muertos y como poco a poco las tradiciones van siendo "adoptadas" por las relgiones. Haciendo alegorías fáciles de comprender para un niño sobre el papel de la religión, de las distintas tradiciones.
Hay dos párafos que me gustaron mucho y que se me hacen fundamentales para la actual cultura mexicana que poco a poco nos vamos olvidando de nuestra cultura mientras otros pueblos la admiran:
"-Caramba - dijo Tom casi entre dientes - en nuestro país nunca vamos al cementerio, excepto quizas el Día de los Muertos por la Patria, una vez por año, y siempre a medio día, a pleno sol, nada divertido. en cambio, esto si que es... ¡divertido!
-Seguro - suspiraron, chillaron todos.
-¡El Día de las Brujas mexicano es mejor que el nuestro"El Árbol de las Brujas, Pág. 121. Ed. Minotauro 2008 Edición Mexicana. Ray Bradbury 1972
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