06 febrero 2008

Ropavejeros

Cuando era pequeño, mi mamá solía apartar toda la ropa vieja que hubiera en la casa con el fin de cambiarlo con el ropavejero. Extraños personajes que se dedican a ir gritando por la calle "Ropa vieja que venda", "El cambiaaaddddooooorrrrrrr", "El Ropavejeeeeerrrroooo" y demás gritos de batalla que bien hacían (o hacen) significar que el señor que cambia ropa va pasando.
¿Pero a qué se dedican estos extraños personajes, además de ir gritando su nombre? Pues precisamente a cambiar ropa vieja por accesorios nuevos como refractarios, posillos, platos, vasos, floreros, y demás chucherías que a las amas de casa les "resultan" útiles.
Recuerdo que había veces en que se juntaban montones y montones de ropa y el susodicho (que podían ser distintos susodichos) podía tardar meses enteros en darse una vuelta por las calles de la colonia.
El modus operandi de ellos es el siguiente:
  • Primero observan cuidadosamente la ropa que hay en el hogar de la familia. Observan los pantaolnes, las camisas, las chamarras, zapatos y lo que haya en el montón de ropa que se está dispuesto a cambiar.
  • Después de esta valuación, el ropavejero comienza a entablar plática con la ama de casa infromándole que la chamba está pesada, que casi no hay trabajo y demás cosas para suavizar el trueque de ropa-accesorios.
  • Comeinza el trueque, El ropavejero dice que por toda la ropa que se ha mostrado puede dar: un posillo, dos refractarios, una cubeta, etc... el precio en objetos que la ropa vale
  • Por último, el ama de casa acepta o regatea el precio-objeto y se llega a un acuerdo. Se cierra el trato y el ama de casa regresa con sus nuevo utencilios y el ropavejero se va con la ropa recién adquirida.
Cada vez es más dificil ver a los ropavejeros en la ciudad, otra de esas pérdidas de tradiciones que se están perdiendo conforme avanza el tiempo.

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