Uno de los temas que más me llaman la atención tanto como lector, como pseudo escritor (por cierto hace mucho que no escribo nada, ni un cuento, ni un capítulo de mi novela... nada), es la realidad de las cosas; la cotidianidad que tiene la vida y de la cual puedes sacar muchas historias sin que te pongas a pensar realmente en ellas. La cotidianidad es una de las más grandes características de la literatura latinoamericana, ya que es esa sencillez que te da historias cortas y entretenidas a diferencia de muchos autores que se dan por las grandes sagas o tramas demasiado rimbombantes.
Marcelo Birmajer (perdón si lo escribí mal) nos narra en Historias de Hombres Casados una serie de cuentos en la que, como su nombre lo indica, los principales protagonistas son hombres con dicho estatus social, a lo cuales les dejan una serie de sucesos tan normales que le dan ese sinsabor a la historia. Infidelidades, muertes, recuerdos, crónicas, sucesos diarios que fácilmente cualquiera podría sufrir.
Particularmente me agrado mucho una historia que se llama El coserje, en el cual tiene a dos protagonistas, una mujer embarazada y el conserje de un hotel. Todo sucede ua noche en la cual, el conserje escucha y siente que algo raro pasa en la calle, se asoma y ve un tremendo incendio en un edificio vecino. Poco después, llega una pareja al hotel provenientes de dicho incendio, piden una habitación para quedarse. Un rato después, la mujer baja (dicha mujer es la embarazada) y comeinza a fumar y empieza una platica casual con el conserje (creo, que en Argentina el que está de recepcionista se le llama conserje) que termina convirtiéndose en una historia del pasado.
