Regresa el Zurdo Mendieta en otra de esas grandes aventuras que suele tener, ahora dentro del marco de la Guerra contra el narcotráfico (encabezada por el chaparro Calderón en lo que era el sexenio pasado) y donde descubrimos una faceta totalmente nueva del Zurdo: ser padre.
Cabe recordar que Mendieta en su primera aparición asistía a un psicologo, el doctor Parra, después del abandono de su vieja (donde también salen los abusos de un cura contra el Zurdo y gracias a su hermano el cese de los mismos); en la segunda novela conocemos del vacío que lleva adentro el detective y la nostalgia por una casi desconocida, y es donde se nos da el primer esbozo de Jason, el hijo del comandante Mendieta con Susana San Juan y que es hasta esta nueva entrega donde conocemos al tan citado Jason (¿se pronunciará "Yaison" a lo gringo o Jason sin acento a lo chaca?).
Y así, de un de repente por épocas navideñas (¿casualidad?), se le presenta en la casa al Zurdo su hijo que desconocía solo por llamadas de su hermano: Jason, y ni como negarlo: dos pinches gotas de agua...
Por otro lado, la reunión del Cártel de Pacífico para posicionarse con la guerrita... pero una desgracia sucederá ya que la pareja de Samantha Valdés será asesinada por algún personaje que desequilibra totalmente a la jefa del cártel.
Sin duda, el personaje de el Zurdo Mendieta se ha vuelto ya por completo uno de mis favoritos. También merece mención la gran Gris Toledo, que poco a poco va agarrando y llevando línea de las investigaciones ahora que el Zurdo tiene nuevos sentimientos y nuevas responsabilidades.
Un gran libro, espero con ansias el siguiente.
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