Atacama es una región de Chile situada en Antofagasta. Su principal característica es el gran desierto que hay, siendo éste el más árido del mundo. En esa región del cono sur, se asentó hace miles de años una cultura de la que ahora sobreviven sus restos y el tráfico de restos arqueológicos es cosa del día. También situada por las grandes empresas mineras y sobre todo turísticas que son su principal atractivo.
Es precisamente en esta región, donde Cayetano Brulé se ve en la necesidad de resolver un caso respecto al asesinato de un alemán que residía en tierras atacameñas con el objetivo de llevar más agua a los residentes. Siguiendo las pistas poco claras y dadas por la reportera Cornelia Krats sobre la muerte de Willi Balsen, el alemán con la firme idea de ayudar al prójimo, y los reportes de Carabineros sobre la defunción (donde todo parece indicar que fue un asalto en el cuartel de SOS, agencia benefactora donde trabajaba el alemán), el caribeño detective se ve forzado a moverse a San Pedro de Atacama a resolver el caso, encontrando extraños nexos entre el detective y el tráfico de antigüedades y posiblemente entre el paso de droga entre la región y la relación con otra compañía alemana dedicada a la minería: Antares.
Como siempre, una novela que va de menos a más hasta la resolución del caso que al principio parece no tener mucha pista de donde seguir...
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