Mi primer acercamiento a Fritz Glockner fue por medio de mi mujer, Aideé, ya que su mamá (mi suegra) es historiadora del Colegio de Michoacán y en una de tantos libros publicados, fue la editora y compiladora de un texto sobre los Movimientos armados en México, siglo XX. Según lo que me contaron, Fritz Glockner fue invitado a participar con un texto, pero se lo rechazaron por la falta de fuentes y la narración novelesca con la que se escribió la participación. A partir de eso cortaron relación por ello.
Me enteré de todo esto una vez que fuimos a la Fería del Libro de Antropología (que por cierto está hasta el próximo fin de semana, no dejen de visitarla) donde se presento Memoria Roja. Un libro que recaudaba una historia de los movimientos armados de México. Asistimos esa vez a la presentación (donde también estuvieron Carlitos Montemayor, el cual también le hizo los mismos comentarios sobre la falta de datos históricos y notas).
Ésta semana terminé 20 de cobre, una novela de tintes biográficos del padre de Fritz, según cuenta el papá de Aideé, en la que narra su incursión en un grupo guerrillero y su paso por el Palacio Negro de Lecumberri hasta su posterior asesinato. Según el "run run" que cuenta mi suegro y Aideé, el padre de Fritz fue "ajusticiado" por la misma guerrilla a la que pertenecía, decien que fue por soplón; en la novela no se dice a ciencia cierta quien fue, aunque en el fondo se inculpa a la policía (algo no descabellado).
La novela cuenta con una excelente narración que la hace ágil y concisa. Llena de recuerdos y detalles; voces omnipresentes y sabientes del destino de Miguel Ángel (el guerrillero); la voz de los hijos y el redescubrimiento por una parte de su padre y después de la muerte de éste.
Una novela muy buena.
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