Y así, comenzó este lugar...
El primer post, publicado el 2 de diciembre (cual error de diciembre) comenzaba por darle título al blog donde hablo de una desidia total, y narro lo que líneas atrás lo que ya conté sobre David.
Desde ese día han pasado casi 16 años. Hubo etapas muy prometedoras en las cuales escribía varias veces por semana, hablaba de temas que me parecían relevantes siempre desde mi punto de vista y poco a poco empecé a narrar lo que leía: mis micro resúmenes de los libros que me apasionaban; llegó un tiempo en que fue lo único que aquí se escribía.
Pero también empezaron a irse las oportunidades, las ganas de escribir por querer mantener otras plataformas como Twitter o Facebook. Al principio busqué como hacer que se conectaran con lo que escribía aquí, pero al final me ganó más la hueva, así se le dice.
Y no es que haya dejado de escribir, lo sigo haciendo pero de formas diferentes, ya no tan reflexivas como este post; ni tampoco he dejado de leer aunque sí he disminuido mi cantidad. El tiempo apremia y es poco, quisiera tener tanto tiempo para acabar con todos mis pendientes personales, escribir mis novelas que he dejado inconclusas en el tintero por falta de imaginación, pereza o bloqueo creativo; a veces hasta terminar un cuento me pesa.
Pero como dice Stephen King, el que no escribe no supera el bloqueo, o algo así. Creo que es momento de retomar este blog. Escribir lo que creo, lo que veo y lo que sé. Intentar retomar mis lecturas para resumirlas y que en alguien despierte esa curiosidad; hacer que esos Ratos de Nada se sobrepongan a la desidia como hace casi 16 años.