21 septiembre 2020

Abandono, olvido...

Corría el año 2004. Salía de la carrera de Informática Administrativa, mi padre hacía pocos meses que acababa de morir, en julio más precisamente. Sentía la inmensidad de muchas cosas viniendo a mí: la desolación, la responsabilidad de mi familia, el encontrar empleo de lo que estudié, los amores inciertos, etc. Fue uno de esos días que llegó David como siempre con noticias nuevas de los trending topics que la gente hacía en internet; un internet que aún no tenía Youtube, que aún seguía usando el Messenger de MSN y al cual las salas de chat se iban perdiendo; uno en el que Napster había dejado un hueco que había sido rápidamente llenado por aplicaciones como Limewire, eDonkey, eMule, Ares, y otras tantas que te permitían bajar música, videos, juegos y mil cosas a riesgo de un posible virus. Entonces llegó y nos habló de los blogs, esas páginas donde la gente escribía, sin que se lo pidieran, lo que pensaba; donde podían expresarse y hablar de cosas que les eran importantes, y donde otros te leían y te seguían para tener un grupo de blogs que te daban identidad.
Y así, comenzó este lugar...
El primer post, publicado el 2 de diciembre (cual error de diciembre) comenzaba por darle título al blog donde hablo de una desidia total,  y narro lo que líneas atrás lo que ya conté sobre David.
Desde ese día han pasado casi 16 años. Hubo etapas muy prometedoras en las cuales escribía varias veces por semana, hablaba de temas que me parecían relevantes siempre desde mi punto de vista y poco a poco empecé a narrar lo que leía: mis micro resúmenes de los libros que me apasionaban; llegó un tiempo en que fue lo único que aquí se escribía. 
Pero también empezaron a irse las oportunidades, las ganas de escribir por querer mantener otras plataformas como Twitter o Facebook. Al principio busqué como hacer que se conectaran con lo que escribía aquí, pero al final me ganó más la hueva, así se le dice.
Y no es que haya dejado de escribir, lo sigo haciendo pero de formas diferentes, ya no tan reflexivas como este post; ni tampoco he dejado de leer aunque sí he disminuido mi cantidad. El tiempo apremia y es poco, quisiera tener tanto tiempo para acabar con todos mis pendientes personales, escribir mis novelas que he dejado inconclusas en el tintero por falta de imaginación, pereza o bloqueo creativo; a veces hasta terminar un cuento me pesa.
Pero como dice Stephen King, el que no escribe no supera el bloqueo, o algo así. Creo que es momento de retomar este blog. Escribir lo que creo, lo que veo y lo que sé. Intentar retomar mis lecturas para resumirlas y que en alguien despierte esa curiosidad; hacer que esos Ratos de Nada se sobrepongan a la desidia como hace casi 16 años.

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